El teletrabajo es nuevo para muchos. Además, esta forma de trabajar no fue elegida ni hubo preparación o capacitación previa. De forma repentina, comenzó la cuarentena y el estrés y la ansiedad aumentaron.
Es fácil decirlo, pero complejo de lograr, sobre todo para aquellos que tienen un equipo a cargo: ¿cómo llevar adelante el día a día en términos laborales? ¿Qué podemos hacer para tener una mejor comunicación y lograr un ida y vuelta productivo entre jefes y empleados?
Al teletrabajo como lo conocíamos se le cambió un aspecto no menor: el contexto. Así, de ser una alternativa "de moda" para algunas empresas, pasó a ser obligatoria y sin un proceso de aterrizaje ni adaptación y, como todo lo que se nos obliga a hacer sin una segunda alternativa, es una situación estresante. La coyuntura nos obligó a adaptarnos y, para todos, se trata de una situación extremadamente particular, ya que no tiene fecha de finalización, al menos en estos momentos.
Este contexto, sin dudas, implica nuevos desafíos. La interacción a distancia trae dificultades que ponen a prueba nuestra capacidad de adaptación. Aptitudes como la comunicación, empatía, la actitud de escuchar al otro y un feedback constante serán clave. Pero, sobre todo, es esencial la paciencia y posibilidad de brindar apertura y cercanía desde los jefes y directivos.
Una fórmula conocida -que toma relevancia estos días- es dar a conocer explícita y claramente el reconocimiento al esfuerzo de forma cotidiana. Dejar saber al otro cuánto valoramos su compromiso puede ser una buena manera de comenzar a resignificar el vínculo laboral. Si bien es cierto que nadie estaba del todo preparado, iniciar nuevas conversaciones puede hacer que todos seamos más eficientes.
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Cambios, adaptación y desafíos
Los cambios repentinos, como esta imposición de la nueva manera de trabajar, llevan tiempo y demandan mucha paciencia para que las partes se acomoden a las nuevas dinámicas. Y, aunque ya se hable del éxito del teletrabajo alrededor del mundo en el futuro (ya hay países como Alemania en los que el home office podría ser ley), la realidad es que en este momento no existen las respuestas concretas a las preguntas que nos hacemos todos: ¿cómo hacer un seguimiento y acompañamiento de mi equipo a la distancia? ¿Podremos tener los mismos resultados de negocios con esta modalidad?
Parece que sólo la experiencia concreta y el tiempo dirán cuál es la mejor manera de estar conectados en cada caso, pues cada equipo es distinto.
De todas maneras, profesionales de la Organización Internacional del Trabajo difundieron material de ayuda. Desde su sitio web, el organismo dejó algunos puntos destacados que pueden ser una guía útil para los supervisores. Con el objetivo que empleadores y trabajadores lleven esta situación de la mejor forma posible, se detallaron algunas observaciones sobre teletrabajo muy útiles para los jefes:
- Convicción de los directivos: Está comprobado que las actividades desde casa son más eficientes si los superiores están convencidos y lo respaldan a diario. Demostrarles seguridad en cada mensaje es una forma de obtener buenas respuestas.
- Herramientas y capacitación: Cada líder puede hacer de la tecnología su aliada principal con buenos elementos de trabajo para sus empleados. También la capacitación para el uso de plataformas y sistemas adecuados a cada rol.
- Expectativas claras: Los jefes tiene a su cargo confeccionar nuevas normas y reglas de convivencia a distancia y que todos comprendan la dinámica.
- Reglas de horarios: Comunicar a los empleados el horario del trabajo desde el hogar. Dado que el espacio de tareas será en el hogar, es importante aclarar las flexibilidades en cada caso.
- Confianza: Sin este elemento no hay teletrabajo posible. Los directivos deben reforzar este valor explícitamente, ya que cobra otra dimensión en estos tiempos.
El teletrabajo es un acuerdo tácito entre dos partes. Que funcione depende de ambos lados de la cadena productiva. Jefes y empleados, en esta circunstancia histórica, se encuentran en un mismo barco. Además, es el inicio de un modelo productivo que, en muchas industrias, llegó para quedarse. El futuro, entonces, requiere compromiso y buena voluntad.
Y en caso de dudas, es importante recordar la frase de Ernest Hemingway: “La mejor forma de saber si puedes confiar en alguien es confiando”.
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