Contar con una página web dejó de ser una opción para las empresas de cualquier tamaño. ¿El motivo? Internet es la mejor vidriera para las marcas y no tener presencia en él es dejar pasar incontables oportunidades de capturar potenciales clientes, cerrar ventas, tanto en el punto de venta online como offline.
Hace muchos años, cuando recién llegaba internet, las páginas web corporativas servían únicamente para volcar información básica sobre los comercios, sus productos y no más. En la actualidad es más que una carta de presentación de las empresas en el mundo online: las plataformas cuentan con todo el potencial para disparar las conversiones de visitantes curiosos a clientes.
De la mano de un diseño funcional y una estrategia de inbound marketing efectiva, las empresas de cualquier tamaño hoy pueden exhibir en detalle todos los productos o servicios que comercializan; pueden hacer tareas como actualizar de manera inmediata sus precios, comunicar todas sus novedades y hasta enviar a sus actuales y potenciales clientes contenido relevante y afín a sus intereses en forma personalizada, para acompañarlos a lo largo de todo su recorrido de compra.
Según un estudio realizado por Google y Kantar TNS, 9 de cada 10 consumidores declaran que una compra fue influenciada por el relevamiento en línea previo.
Esto demuestra que las marcas que no cuenten con un sitio web acorde a las exigencias de los consumidores, cada vez más curiosos y demandantes, estarán pasando por alto una oportunidad única de seducirlos cuando todavía no tienen en claro qué productos incluirán en su carrito.
Pero para exprimir al máximo los beneficios de contar con un sitio, no alcanza simplemente con tenerlo online: el mantenimiento y la actualización constante para seguir atrayendo la atención de los internautas es fundamental. Refrescar la apariencia (el famoso “look & feel”) de las páginas más visitadas, con el fin de mantenerlas alineadas con la imagen que la marca busca transmitir en todos los puntos de contacto con su audiencia (la omnicanalidad) es siempre una buena práctica.
Además, actualizar el contenido –fichas de producto, categorías, subcategorías, etc.– permite ofrecerles una mejor experiencia de compra a los visitantes y dar un paso adelante para mejorar su posicionamiento SEO en los motores de búsqueda.
Pero, sin dudas, la mejor forma de mantener una página web al día es alimentando, con regularidad, un blog. Según un estudio, las compañías que apostaron por una estrategia de contenidos de este tipo, lograron generar un 67% más de leads que aquellas que no invirtieron en este aspecto.
De la mano de los contenidos publicados en este canal en forma periódica, las empresas no sólo pueden seguir consolidando su posicionamiento SEO y, por ende, llegar más fácilmente a usuarios que buscan productos o servicios similares a los suyos en Internet, sino también compartir información relevante para su audiencia.
Con artículos relacionados con las cualidades de tu marca y la actualidad de tu sector (como casos de éxitos, buenas prácticas, infografías, estudios de mercado, etc.), las empresas logran abrir un medio de comunicación con sus actuales y potenciales compradores, que les permite guiarlos y asistirlos durante todo su proceso de compra.
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Newsletter, un imán hasta los sitios
Una excelente manera de amplificar el alcance de los contenidos es enviando newsletters por e-mail. Este formato de comunicación, lejos de pasar de moda, está cada vez más presente en los esfuerzos de marketing digital.
Pero para que esta iniciativa dé frutos es necesario afilar la puntería y segmentar de manera correcta las comunicaciones. Aunque –de acuerdo con un relevamiento de la Asociación de Trade Marketing– un 73% de los consumidores prefieren que las marcas se pongan en contacto con ellos vía e-mail, abusar de este recurso puede ser contraproducente.
Para que los newsletters no terminen en la bandeja de spam de sus potenciales clientes, los especialistas en marketing trabajan todos los días para ofrecerle a su público target aquello que necesita, dependiendo del estadio en el que se encuentre y en forma personalizada. Por su puesto, que cada potencial cliente reciba la información pertinente a su realidad, requiere tecnologías adecuadas.
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Los omni-consumidores y su relación con el marketing digital cambió las reglas de juego. Las empresas que invierten en un sitio web atractivo con contenidos relevantes, un blog periódico y campañas de e-mail personalizadas, convierten más visitantes a clientes. Se preocupan por igual en informar y brindar respuestas a sus visitantes, como en hablar de sus productos y servicios, haciendo un equilibrio entre lo altruista y lo egoísta.
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