
En las empresas innovadoras se incentiva el trabajo en equipo. Con el avance de las Ciencias Sociales en los últimos cincuenta años, más el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, no quedan dudas de que los procesos productivos a partir de una metodología de trabajo colaborativo, dan mejores resultados, impulsan la creatividad y aumentan la efectividad. La cultura de la red se impone a la cultura empresarial individualista y competitiva, que ha mostrado sus límites en conjunto con una industria tradicional que también se debilita.
El nacimiento de una nueva filosofía trae como consecuencia la necesidad de nuevas herramientas. Y por su puesto, hoy día, esas respuestas se construyen entre unos y ceros, vienen del ámbito digital con el fin de complementar nuestra capacidad humana.
La revolución de las industrias creativas ha llegado y hay que estar a la altura.
Eficiencia en procesos creativos
El valor intelectual, los servicios, las ideas o la información reemplazan en nuestro tiempo a los metales preciosos de siglos atrás. Darle forma a un pensamiento disruptivo puede convertirse en un gran negocio: a esta altura todos hemos escuchado mil veces los ejemplos paradigmáticos de Uber o Airbnb, plataformas tecnológicas que conectan necesidades con soluciones. Si se lo mira desde una óptica general, podemos decir que en ambos proyectos aparecen la innovación, la colaboración, la conectividad e internet. Resulta imposible para los que nos dedicamos al ámbito del marketing y la tecnología, desconocer esta idea básica que ha generado millones de dólares.
Podemos decir, que a grandes rasgos tenemos este concepto claro pero, analicemos con detenimiento qué significa trabajar en equipo, sobre todo en un mundo que está permanentemente cambiando.
Antes que nada, trabajar en equipo es articular las actividades de varias personas en pos de un objetivo, metas o fines determinados. Por lo tanto, hablamos de interdependencia, solidaridad, compromiso, comunicación, un mismo lenguaje y voluntad. Se trata de poder comprender que el conjunto es más importante que la suma de las partes, pero a su vez, que cada componente cumple una función crucial. Es que los miembros de un grupo deben ser conscientes de sus limitaciones y potencialidades, para saber qué aportar, en qué momento y cuándo delegar la tarea.
En este sentido, el aspecto social es clave: las relaciones de confianza son la base de una red de producción. Al compartirse las responsabilidades y los éxitos, aparece la necesidad de solidarizar el conocimiento, ayudarse unos a otros a solucionar los problemas y aportar al desarrollo de cada persona. Y para que esto suceda, la comunicación debe ser fluida, clara, establecida con un mismo lenguaje.
Otro factor fundamental del trabajo en equipo es la negociación, porque la diversidad es inherente al género humano: dos individuos que entablan una relación ponen en juego sus personalidades, sentimientos, capacidades y deseos que colisionan siempre en alguna parte. Si se reciben esas diferencias con tolerancia, los acuerdos las convierten en recursos valiosos para avanzar en cualquier proyecto.
En definitiva, trabajar en equipo no es únicamente compartir un mismo espacio físico o trabajar para una misma empresa u organización y sumar tareas diversas, sino que es indispensable hacerlo de manera comprometida hacia un mismo fin, perfectamente definido, que todos conocen y con el que están de acuerdo, dentro de un proceso que solo puede finalizar correctamente con la participación activa e interdependiente de sus miembros.
Crear juntos
Una de las principales ventajas del trabajo en equipo es el estímulo de la creatividad. Quienes se dedican a las industrias creativas saben muy bien que la imagen del escritor que busca inspiración sentado al lado de un río está muy lejos de la realidad. Hace tiempo que se ha dejado de lado el mito del don que supuestamente tienen unos pocos y se ha entrado en la rutina de la producción masiva, en dónde a ser creativo se aprende y se incentiva con técnicas de trabajo. Porque en verdad, ya casi todo está inventado fue dicho o imaginado alguna vez. El desafío es re-inventar, re construir, re conectar, agregar algo diferente a lo que ya existe.
La técnica creativa más conocida es la denominada “lluvia de ideas”, un grupo de personas que piensan en conjunto diversas ideas a partir de disparadores temáticos. Y es la técnica más famosa por una simple razón, es la que mejor ejemplifica y resume lo indispensable para innovar: pensamiento en equipo. ¿Qué clase de magia se produce allí? Las experiencias, las historias, los puntos de vista diferentes, al conectarse crean enfoques más enriquecidos y amplios.
Herramientas digitales que acompañan al equipo
Como ya dijimos, el avance de la tecnología no solo aportó a esta idea de trabajo en red sino que la hizo posible. La verdadera revolución se dio con la migración hacia plataformas online y colaborativas en la nube que facilitan la integración entre las personas, sin importar el momento, ni el espacio físico o el tipo de dispositivo que se utilice.
En el ámbito de las industrias creativas, entendiendo la importancia del trabajo en equipo, se ha diseñado especialmente el CRP, Creative Resources Planning, ¿lo escuchaste?
Entre muchas ventajas, el CRP está pensado para coordinar equipos de trabajo, en dónde se hace posible identificar de forma centralizada, ordenada y visual, quiénes participan de cada proyecto o están asignados a determinadas tares, cuáles son las correcciones requeridas o, en qué estado se encuentran los pedidos, y cómo se va produciendo el flujo de inter relación. Los recursos intelectuales son tan difíciles de ordenar y controlar a simple vista, se diluyen tan rápido entre las palabras, que herramientas tecnológicas como estas son un verdadero soporte que estructura el trabajo. Aporta una visión contextualizada para tomar mejores decisiones y distribuir recursos.
Asimismo, ayuda con cuestiones bastante más operativas pero no por eso menos fundamentales, como por ejemplo brindar un acceso fácil y seguro a los proyectos compartidos, con permisos y vistas de pantallas personalizadas, edición fácil de videos y archivos digitales para permitir una corrección fluida, etc.
En suma, una vez que entendemos de qué hablamos cuando decimos trabajar en equipo, vemos cómo las herramientas digitales enriquecen la sinergia de las mentes brillantes.
¿Te gustaría saber más sobre CRP, la gestión de proyectos creativos y de una vez por todas, empezar a trabajar eficientemente en equipo?
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